Soy la hija e´ mi mama: una víctima de mí misma y de las palabras; obligada a escribir como método de supervivencia.
Las palabras me carcomen las vísceras, son como un cáncer. Escribir es contrarrestar la hiel, es abrir un agujero en la boca del estómago para que las palabras afloren, para que dejen de quemarme por dentro.
domingo, 3 de febrero de 2013
Los hombres de mi vida
Ningún hombre tiene porque venir a reclamarme nada: Cuando quise amar a alguien se lo dije y, cuando no, también se lo dije.
Hoy por hoy, los hombres de mi vida caminan por el mundo sabiendo si los amé o no.
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