martes, 27 de octubre de 2009

Chancleteadas en Buenos Aires y otros



Vengo demasiado llena de ritmo.

Como si estuviera en Buenos Aires o en los acordes de una milonga argentina.

Frente a las cuatro ventanas con flores de la fachada de una casa en Caminito y esos dos balcones.

San Telmo, guitarras, sabor a mate y zapatos altos.

Un chori de madrugada o esa luz tenue de los atardeceres en la Plaza de Mayo.

El vértigo provocado por el Obelisco y los viajes en metro de un lado a otro en la ciudad.

La casa de Paula y cada unos de los amaneceres de Octubre del 2008... Cerveza express!!!

La recoleta y todos esos muertos…. y el sepulturero amable que nos dejó entrar a una de las tumbas.

La feria hippie y el Museo de Buenos Aires... Picasso, Frida Kahlo y Diego Rivera diciéndonos hola.

Y Les Luttiers en el teatro... o los desayunos de Mayra....

Como sacarse a Buenos Aires del ama?
Como caminar por la vida sin recordar cada paso dado en esa ciudad!

PD: No creas que olvidé el Chivito uruguayo o el brasileño enamorado de ambas en el barco, o el vino que nos tomamos ahí mismo o las charlas con los artesanos y la brisa de mar… es que Uruguay queda para cuando se me pase la alegría de este tango que ahora escucho.

domingo, 25 de octubre de 2009

Lluvia



Lluvia,
lluvia que me moja
lluvia mala, lluvia buena, lluvia que germina la tierra.

Lluvia alegre
lluvia que canta
lluvia que no hace más que caer.

Lluvia celosa
lluvia vanidosa
lluvia... llueve, metan la ropa.

No sabes más que llover
y vienes y me tocas
me dejas toda mojada.

Lluvia impertinente
pues, que tan pertinente es llover?
llueve y llueve siempre.

Lluvia no en gotas,
lluvia en esferas
lluvia de 5mm de diámetro porque, si no, no es lluvia.

Lluvia que ahora suena más fuerte
lluvia tambor, bombo y redoblante;
lluvia que quiero tocar con la punta de la lengua.

Lluvia me haces reir
lluvia quiero correr
lluvia droga.

Lluvia
… besar bajo la lluvia
… estar bajo la lluvia... todo es lluvia.

Respirar agua,
respirar hondo
respirar cuando viene la lluvia.

Me sigo mojando
la sigo escuchando
... tócame como la lluvia.

lunes, 12 de octubre de 2009

Sea un ser de sentidos


No tengo bien definido cuando fue que los seres humanos dejamos de percibir nuestro entorno con todos los sentidos y enfatizamos nuestro potencial en uno solo: La Vista.
La vista, como una de esas 5 capacidades que es, ciertamente influye a la hora de sacar conclusiones respecto a algo pero… ¡vaya error!, pues los ojos solo nos muestran una parte de la realidad.
Caminamos por la calle viéndolo todo pero… ¿lo sentimos?
Para analizar el hoy desde la mayor cantidad de ángulos posibles es imprescindible conocer los antecedentes y el entorno. Ello, en parte, es una forma de ver.
Analizar el contexto de algo es ver hacia todos lados, y no solo hacia el frente, antes de cruzar la calle.
Otro sentido es escuchar. Escuchar cuidadosamente cada nota, cada grito, la respiración... Escuchar hasta que a uno se le confundan los sonidos y el ruido se vuelva parte de si, por dentro, en vez de estar afuera.
Saborear es otra opción. ¡Chúpelo todo!
“Ver y no tocar”, me decía papá de niña pero… ¡que diantres! Y es que, sin ninguna intención de que este escrito suene tres equis, o de contradecir a papá, quisiera añadir lo bueno que es tocar.
Tocar es, para mí, como ver las cosas a profundidad, detallar cada espacio.
No olvidemos oler cuando uno camina, oler la vida y respirar lo mas hondo que se pueda porque hasta en el aire hay noticia.
Por último, hay un sexto sentido al que yo llamo percibir. Este consiste en un tacto más elevado ya que se desliga del contacto material para distinguir un hecho o acontecimiento; podría decirse que es tocar más allá de lo físico.
Para percibir no hace falta ser Nostradamus, basta la práctica.
De todo lo anterior, he llegado a la conclusión de que hay que tratar de ver de todas las formas posibles, con todos los sentidos.
Así que camine con los ojos bien abiertos pero no olvide andar lo más expuesto al mundo que se pueda.
Trate de que la síntesis final de sus datos, que lo que se plasme en el papel, deba su ser a la percepción de todos los acontecimientos que le rodean.
En fin, sea un ser de sentidos.

lunes, 5 de octubre de 2009

Miedo


Miedo...
El miedo es la madre de todos los vicios y, por ende, el vicio por excelencia.
Miedo de no poder visualizar la noticia o, peor aun, el enfoque.
Miedo a tomar un papel y un lápiz y tan solo dejarse guiar por el instinto. Identificar cada una de las cosas de la vida cotidiana que le revuelven a uno las tripas y plasmarlas en el papel a forma de denuncia. Esto en el mejor de los casos.
Peor es el miedo al miedo mismo. Verse petrificado ante el simple hecho de sentir miedo.
Miedo a ser una estadística más en las listas de desempleo, miedo a ser una figura en vez de un informante, miedo a ser modelo y no un modelo.
Perfección? No me lo prometo. Seria ilusorio creer que yo, la más imperfecta del mundo, pretenda venir a descubrir hoy, en pleno siglo XXI, el agua tibia. A lo más, prometo ser colindante a ese tan subjetivo vocablo mal llamado objetivismo.
De ahí en adelante todo es historia.
Manos a la obra.