jueves, 19 de marzo de 2009

Desnuda


Me enamoré de ti desde hace muchos años, cuando era una niña pequeña.

Desde entonces, le pedí a la luna llena que me enviara a alguien sincero a quien pudiera contarle de mi vida, de mis fracasos y mis triunfos y de lo feliz que despierto cada mañana pues tengo la fe de que existes.

En muchas ocasiones me pareció que te había encontrado, pero luego descubrí que no eras tú y me puse triste… Sin embargo, jamás perdí la esperanza.

Te he escrito cientos de cartas que queme porque sabía que la brisa que acaricia tu rostro al caminar iba siempre susurrando mis palabras en tu oído. Quería que supieras que te espero.

Bajo estrellas, desnuda, he aprendido a ser paciente.
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Camino por las calles mas solas y tristes de San José tratando de encontrar alguna librería donde vendan esa enciclopedia ilustrada que contenga el mapa que me conduzca a ti.

Camino y camino pero llega la noche y todo se pone oscuro. Se acaba el día para seguir buscando…

Espero encontrarte, sino pronto, en otro tiempo. No me importa cuanto tardes mientras llegues.

El día que por fin consigamos mirarnos a los ojos, te reconoceré al instante porque si… porque no hay más nadie en el mundo a quien yo pueda amar.

Y entonces, tomándonos de la mano, recorreremos juntos esos caminos que ya antes habíamos transitado.

Cartas de amor


Tiro a la basura todas esas cartas de amor que empiezo pero nunca termino esperanzada en que algún buzo enamorado las encuentre y corteje a su amada con los versos que he escrito para el.





miércoles, 18 de marzo de 2009

Roxana


Qué tan distintas son las mujeres cuando crecen o, mas bien, a que edad dejan de ser iguales?

Que tan delgada es esa línea que divide la salud de la enfermedad?

No se si tu o yo estemos sumidas en una falaz tragedia pero no estas acá y se te siente.

Tu presencia inunda la casa… es casi como el perfume de aquel refrescante aromático que usas cada sábado luego de quitar el polvo que cubre tus cosas que no son tuyas.

Crecimos junto a rituales obsoletos y seguimos dándole la vuelta a la misma esquina, juntas, tratando de creer que no hay mal que por bien no venga o que no podamos superar.

Y hemos ido de la mano venciendo cuanto obstáculo que se nos presento; pero hoy estoy aquí y no contigo. Soy el vacio.

Con quien estarás?... Quizá con alguien que como yo te peine, te cuide, te saque las cejas y duerma junto a ti con un viejo libro en la mano simulando estar despierta.

Me aferro a la idea de que a pesar de todo lo que pase siempre estaremos juntas, como desde el inicio de nuestros tiempos. Como en aquellas tardes en que jugábamos con barquitos de papel bajo la lluvia. O como cuando con cofal, jarabes y alguno que otro unguento profesábamos haber encontrado la cura de todos los males.

Como olvidar el árbol de limón, las flores del jardín y nosotras, distintas pero las mismas, siempre las mismas.

Hoy ya no… ya no somos más las mismas.

Es sólo que a veces me cuesta tanto decirte que te amo y abrazarte y jalarte el pelo como antes…
No es la noche la que me impide ir a tu encuentro sino la madrugada… esa hora de las brujas en que se paran lo relojes.

Ahora estas ahí y no aquí, estás sola.

Y yo que ya no se si tengo fe pues se me ha ido acabando con los años…

Pero basta…descansa y piensa que mañana los azucares de la vida inundarán tu cuerpo de nuevo.

Yo mientras tanto, aquí y no contigo, con un viejo libro en mano, intentaré dormir simulando estar despierta.

***** a mi hermana Roxana que pasará esta noche en el hospital sola, sin mi sentada en esa incomoda silla de madera