Qué hay dentro de tus zapatos, bajo tus pantalones y en medio de tu ombligo y tu espalda?
Nuestras hambres son hambres distintas así como diferente es nuestro olor. Si pudiera oler a vos creo que te entendería pues sólo los olores transmiten la realidad de las cosas.
Tu cara sucia no me dice nada.
Yo he tenido la cara sucia también, pero jamás ese olor agrio de tu chaqueta negra.
Miras el culo de esa mujer y yo me asombro y de inmediato me reprendo a mi misma por ello.
Te miro y pienso que no basta ser fisionomicamente iguales entre nosotros porque somos, más bien, distintos así como nuestras hambres.
Al final de tu todo, cuando te vas queda tu olor, o su recuerdo, que sigue siendo diferente al mío.
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