viernes, 23 de abril de 2010

La memoria de los peces


Justo leí acerca de la memoria de los peces.


Se cree que los peces poseen una memoria a largo plazo tan corta que les permite no aburrirse viviendo en peceras.


Los peces no pueden recordar cosas que pasaron hace mucho tiempo y, por ende, todo se les hace nuevo.


Me da la impresión de que la vida es un museo de recuerdos y creo que a veces, como diría Juan Luis Guerra, “quisiera ser un pez” y dejar de recordar.


Sin embargo, pienso que los recuerdos son males necesarios para la vida y que, a decir verdad, no todo son malos recuerdos. Por ende, no valdría la pena olvidarlo todo.


Como permitirse olvidar una puesta de sol desde un rascacielos en México?, o un amanecer en Buenos Aires?, o el día que nació mi hermana menor: la tarde mas hermosa de mi vida.


Recordar es amar en cierto modo, amar el tiempo pasado, el tiempo vivido.


Y así darse cuenta, el próximo jueves, que todo hubiese sido distinto de no haber visto juntos aquella luna llena del primer día de enero, abrazados y casi desnudos bajo la lluvia que caía en aquel puerto de mar. Ambos rodeados de tantos y tantos peces que ya lo olvidaron.

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