Su mirada pensativa y sus 2 manos agarrando los barrotes… El no estaba ahí, se había ido desde ese 2 de enero para ya jamás regresar.
Su calzado ya no es el mismo. Sus rudimentarias botas ya sin cordones y una que otra mancha de pintura son solo vestigios de una vida con más color.
En Costa Rica, en Alajuela y en medio de marzo hallé a quien una vez fuera mi abuelo, padre de mi padre.
Construiste tu propia cárcel, la rodeaste de barrotes, de muros irrompibles y cerrojos sin llave… ni una sola llave.
Aún recuerdo cuando de niña te dibujaba en hojas blancas y las llenaba de bolas verdes que simulaban ser los limones del árbol que había plantado en el jardín, ese jardín que ya tampoco está.
¿Como pintarte hoy? Cómo describir mediante trazos lo que eres si ya no estás.
¿Cómo llenar de líneas un espacio donde solo caben los recuerdos de una vida pasada?
No hay comentarios:
Publicar un comentario