Qué tan distintas son las mujeres cuando crecen o, mas bien, a que edad dejan de ser iguales?
Que tan delgada es esa línea que divide la salud de la enfermedad?
No se si tu o yo estemos sumidas en una falaz tragedia pero no estas acá y se te siente.
Tu presencia inunda la casa… es casi como el perfume de aquel refrescante aromático que usas cada sábado luego de quitar el polvo que cubre tus cosas que no son tuyas.
Crecimos junto a rituales obsoletos y seguimos dándole la vuelta a la misma esquina, juntas, tratando de creer que no hay mal que por bien no venga o que no podamos superar.
Y hemos ido de la mano venciendo cuanto obstáculo que se nos presento; pero hoy estoy aquí y no contigo. Soy el vacio.
Con quien estarás?... Quizá con alguien que como yo te peine, te cuide, te saque las cejas y duerma junto a ti con un viejo libro en la mano simulando estar despierta.
Me aferro a la idea de que a pesar de todo lo que pase siempre estaremos juntas, como desde el inicio de nuestros tiempos. Como en aquellas tardes en que jugábamos con barquitos de papel bajo la lluvia. O como cuando con cofal, jarabes y alguno que otro unguento profesábamos haber encontrado la cura de todos los males.
Como olvidar el árbol de limón, las flores del jardín y nosotras, distintas pero las mismas, siempre las mismas.
Hoy ya no… ya no somos más las mismas.
Es sólo que a veces me cuesta tanto decirte que te amo y abrazarte y jalarte el pelo como antes…
No es la noche la que me impide ir a tu encuentro sino la madrugada… esa hora de las brujas en que se paran lo relojes.
Ahora estas ahí y no aquí, estás sola.
Y yo que ya no se si tengo fe pues se me ha ido acabando con los años…
Pero basta…descansa y piensa que mañana los azucares de la vida inundarán tu cuerpo de nuevo.
Yo mientras tanto, aquí y no contigo, con un viejo libro en mano, intentaré dormir simulando estar despierta.
***** a mi hermana Roxana que pasará esta noche en el hospital sola, sin mi sentada en esa incomoda silla de madera
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