El bus como una gran pecera, una muy muy grande con olor a pollo y saliditas de emergencia que no funcionan, con choferes temerarios y refugiados políticos, con sillitas para dos y gente de pie. El pasaje: 275. Lluvia y un celular parlanchín reguetonero. Y yo: guionista del bus, eligiendo los personajes por tamaños, formas y sonrisas... algunos por olores, otros por sabor, ninguno por instinto.
neNe
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